2012
–Dos Mil Trece–
Ficha técnica:
Drama
Colección FELIZ NAVIDAD
ISBN: 978-84-7584-2012-13
Págs.: 2012
Texto: Subal Quinina
Música: Gineskunk (How sweet it is to be in love de Danny DiMinno)
Diciembre de 2012. El ya no tan joven héroe independiente Laertes, tras haber luchado como un campeón contra viento y marea, se observa en el espejo y piensa; «Un año duro, maldito sea». Enfrentarse a los villanos del Norte liderados por su malvada diosa Angela, a sus lacayos del Sur, a las plagas que le han acechado en forma de devoluciones e impagos, caídas en las ventas, subidas de IVA y restricciones del crédito, le han reportado notables quebraderos de cabeza y un agudo dolor en la zona lumbar, fruto del nerviosismo y la crispación. Sus aliados los lectores y las lectoras viven con angustia la situación actual, y ya casi no se acercan a los templos donde reposan los libros, objetos que para muchos han pasado a ser bienes de lujo, y no de culto. «Maldito sea», repite el ya no tan joven héroe independiente Laertes, examinándose ojeras y canas. Se aleja del espejo, frunce el ceño y aprieta los puños. No se va a rendir ahora. «Ni de coña», y levanta el puño como un atleta de los Black Panther y vuelve al despacho a revisar manuscritos, correcciones y traducciones, con fuerzas renovadas.
Así empieza y así acaba esta dura y commovedora novela, real como la vida misma. 2012 narra la trepidante historia de héroes anónimos que, como Laertes, no se dejan amedrentar ante maldiciones macroeconómicas y duros recortes en lo económico y lo social negándose a prescindir de sus objetos de culto —los libros— y los elevan a la categoria de armas contra la estupidez, como símbolo de resistencia y esperanza.
Dos Mil Trece, un autor hasta ahora inédito en nuestro país, ha escrito una obra dura y contundente que no elude los dramas que nos acechan, pero en la que nos recuerda que la esperanza, la tozudez y la rebeldía son elementos imprescindibles para no dejarse arrastrar por la apatía, la ignorancia y la depresión. 2012 no es su primera novela, pero tampoco será la última.
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