Mañana, 30 de noviembre, es el «Día de las librerías». Apunten por favor en su agenda: «VISITAR ALGUNAS LIBRERÍAS» y conmemoren el nacimiento de Rudyard Kipling, ese mismo día del año 1865, y el de Mark Twain, en 1835.
Dice el jovial Mark Twain en su Viaje alrededor del mundo siguiendo el ecuador: «El capitán nos ha contado hoy cómo, en uno de sus cruceros por las regiones árticas, hacía tanto frío que la sombra del contramaestre se congeló adherida a la cubierta y hubo que arrancarla utilizando la fuerza bruta. Y aun entonces el tipo solo pudo recuperar dos tercios. Nadie ha dicho una palabra, y el capitán se ha alejado en silencio. Creo que se está desanimando.»
Y dice el sobrio Kipling en Viaje al Japón: «Los japoneses son un gran pueblo. Sus albañiles juegan con la piedra, sus carpinteros con la madera, sus forjadores con el hierro, y sus artistas con la vida, la muertes y todo lo que pueda captar la mirada. Benévolamente les ha sido negado, en su caracter, el último toque de firmeza que les capacitaría para jugar con el universo entero [...] Nosotros poseemos eso. Nosotros, la nación de las lámparas de vidrio floreadas, de las esteras de lana rosa, del perrito de porcelana rojo y verde y de la funesta alfombra de Bruselas. Es nuestra compensación...»
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