lunes, 1 de octubre de 2012

Entrevista en El Faro de Vigo a Xosé Rúas, que ha colaborado en «La mediatización del conflicto político»


Xosé Rúas Araújo- Profesor de Comunicación Electoral de la Universidad de Vigo

"Galicia es una autonomía de segunda a la vista del debate estatutario"

"Plantear que las comunidades son un gasto constituye una involución"




SANDRA PENELAS La aprobación del Estatut catalán y la posterior sentencia favorable del Constitucional reactivaron en Galicia un debate que "carece de entidad propia". Xosé Rúas analiza el impacto de esta discusión política en los medios durante el periodo 2006-2010 en un artículo titulado "Treinta años sin reformar el Estatuto" que aparece incluido en el libro [La mediatización  del conflicto político] recientemente editado por Laertes y el profesor Enric Castelló, de la Universidad Rovira i Virgili. La obra es resultado de un proyecto de investigación financiado por el Ministerio de Economía sobre "La construcción mediática de los conflictos políticos y territoriales en España".

-La presencia del Estatuto en los medios gallegos ha sido mínima comparada con la repercusión del catalán en su comunidad, ¿refleja el interés que despierta esta norma en unos ciudadanos y en otros?
-Los medios son un reflejo de la sociedad y, en este caso, de los políticos. El Estatut tuvo incluso más impacto en nuestra comunidad que el de Galicia. El último debate que se hizo aquí fue porque en Cataluña se estaba discutiendo también. La conclusión es que Galicia es una autonomía de segunda y que el debate del Estatuto no tiene entidad propia ni autonomía propiamente dicha. Curiosamente, también vamos a celebrar, bajo el argumento del ahorro, las mismas elecciones que en el País Vasco. Somos una autonomía histórica pero la historia de los últimos treinta años nos relega a un papel secundario a la vista del debate estatutario.

-¿De quién es mayor la responsabilidad, de los políticos o de los ciudadanos?
-Es complicado, porque no hay un sentimiento colectivo. No sé si el problema es de unos o de otros pero es el que es y resulta así de visible. También es cierto que los políticos se dejaron llevar por el protagonismo e hicieron valer los intereses partidistas sobre los del país.

-Era la primera vez que Touriño y Quintaba se sentaban tras el pacto de gobierno y discutieron más, como señala en su artículo, sobre las formas que acerca del contenido, mientras que el PP apuntaba a estas "diferencias" internas.
-Sí, sí. Y luego también hay miedo a consultar a la gente qué es lo que quiere. Parece que el simple hecho de preguntar ya quiere decir independencia. Las pocas referencias públicas son las encuestas del CIS que utilizó Nuñez Feijóo para señalar la similitud entre el sentimiento gallego y español de los ciudadanos.

-Ni siquiera un partido nacionalista como el BNG, que además estaba gobernando, fue capaz de sacar adelante la reforma estatutaria en 2007.

-El BNG intentaba hacer valer su propio planteamiento, no quería uno conjunto con el PSOE. Había dos luchas. Una se libraba dentro del bipartito, porque el Bloque entendía que como partido nacionalista debía llevar la iniciativa, mientras que los socialistas querían liderarla ellos. Y, por otro, estaba la lucha del PP contra el resto de formaciones.

-El único momento durante el periodo estudiado en el que el debate no surge impulsado por acontecimientos externos tuvo lugar en 2011, mientras se discutía sobre la fusión de las cajas.

-Sí, pero porque coincide en el tiempo con el debate sobre el Estado de la Autonomía. El artículo deja constancia de un incumplimiento electoral de Núñez Feijóo, quien lanzó una larga cambiada. El presidente prometió que la reforma estatutaria se debatiría en otoño de 2011, justo hace un año, pero nunca encontró el momento para emprenderla. Quería ganar tiempo y, sobre todo, evitar un problema para Rajoy como el que ahora le supone el caso catalán.

-¿Volverá a estar la reforma sobre la mesa a rebufo de las pretensiones independentistas catalanas?
-Hay dos caminos: evolución o involución. En este momento de tensión actual coinciden la gente de la iniciativa "Rodea el Congreso" que propone una nueva constitución como en Islandia, los partidos que se echan las manos a la cabeza y el PSOE planteando un federalismo. Parte de la involución es decir que las autonomías son un gasto, mientras que lo que se plantea Cataluña es una evolución. Y en el medio está Feijóo presentando cosas a las que se negó en el debate del Estatuto como la agencia tributaria gallega. Al presentar esto, reconoce que Galicia puede evolucionar con competencias económicas. Por tanto, hay una tensión entre los que defienden la involución y los que apuestan por la evolución, reconsiderar la Constitución, un Estado federal y una capacidad económica reconocida en los estatutos.

-¿Cómo influirá el resultado de las autonómicas en la reforma estatutaria pendiente?
-Se potenciará o se aparcará dependiendo de quién gane. El problema es que una vez más este debate corre el riesgo de seguir sin tener autonomía propia. Vamos a depender de los resultados del País Vasco porque una previsible victoria del PNV frente a la del PP en Galicia llevaría a un enfrentamiento de dos modelos y a la resistencia del PP frente a lo que pueda pasar con el debate de la autodeterminación en Cataluña. Nos podríamos encontrar con que el debate evolucione en Cataluña y el País Vasco y que se utilice una posible victoria del PP en Galicia para frenar estos movimientos.

-¿Se hablará del Estatuto gallego en campaña?
-Estatuto en Cataluña es una palabra políticamente rentable, al menos para algunas formaciones, pero en Galicia está estigmatizada. Si gana el PP, el debate se va a polarizar y entonces el debate se retrasará porque no habrá el consenso necesario y llegaremos a los 34 años sin reforma.

-Al final, el mensaje que se traslada a la sociedad es que la reforma no es tan necesaria.
-Pues si un estatuto no es necesario para qué propone Feijóo la creación de una agencia tributaria gallega o determinadas transferencias. Estatuto no es igual a independencia, ni a segregacionismo ni a soberanismo, porque ahora puede ser una tentación hacerlo ver así. Los elementos que incluyes en un Estatuto contribuyen a crear país de cara al futuro y a preservar las cosas que consideras importantes.

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