lunes, 21 de noviembre de 2016

Reseña de Christian Aguilera en Cine Archivo

BULLITT
Editorial: Laertes. 
Subtítulo: Un policía llamado Steve McQueen.
Historia, análisis, mito. 
Autores: Luis Aragón e Iván Gomez.
Fecha de publicación: septiembre de 2016.
402 pp. 15,5 x 24,0 cm. Tapa blanda.
Enlace a casadellibro.com



Fiel a su compromiso por apostar por ensayos cinematográficos que exploren en algunos de los caminos menos trillados de un arte que ha alcanzado ciento veinte años de existencia, el sello barcelonés Laertes publica un singular texto sobre Bullitt (1968), un film que goza de infinidad de seguidores pero sin una obra de referencia que sustentara semejante prestigio entre multitud de aficionados de muy distinto sesgo. A través de las cuatrocientas páginas de comprende la presente monografía, sus autores Luis Aragón e Iván Gómez —profesores universitarios nacidos en las postrimerias de los años 70—  escudriñan cada una de las aristas de Bullitt, desde su rodaje hasta su impacto en las fechas de su estreno pasando por los distintos apartados —la composición, el montaje, la dirección, la interpretación, el sonido, etc.— que participaron de su proceso creativo. Para llevar a término tamaña empresa, Aragón y Gómez accedieron a la consulta de una exhaustiva documentación en formato papel, on line y en soporte digital (indispensable para el análisis pormenorizado del film en cuestión y de otros títulos rodados en aquel periodo en los Estados Unidos), valiéndose del testimonio de algunas de las personalidades implicadas en el proyecto. Al respecto, particularmente reveladoras resultan las declaraciones del compositor de nacionalidad argentina Lalo Schifrin y del productor Philip D’Antoni, quien avaló al director británico Peter Yates después de haber visionado El gran robo (1967). Pero necesariamente la apuesta de D’Antoni precisó de la aprobación de la estrella de la función, Steve McQueen, que como dejan a las claras los autores de la monografía, demostró un poder de influencia de la que pocos intérpretes podían presumir por aquel entonces. De hecho, el «mito McQueen» se fraguaría sobre todo a raíz del estreno de Bullitt, creando una imagen icónica de outsider, de temperamento individualista y de expresión distante, pero no exenta de un tremendo atractivo para buena parte del público asistente a las salas comerciales.
    En su estructura perfectamente ensamblada descansa uno de los principales aciertos de una obra que combina el aliento cinéfilo, lo didáctico y lo análitico a lo largo de sus páginas prácticamente desnudas de imágenes con la salvedad de algunas capturas reproducidas sobre el papel que acompañan los capítulos donde se coloca la lupa para el estudio de una cinta nacida de una muy poca conocida (en nuestro) país novela de Robert L. Pike, Mute Witness. De su contenido también da fe uno de los apartados del libro, dejando así al descubierto los cambios operados por los guionistas en liza (Alan Trustman y Harry Kleiner), que dedicaron muchas horas a perfilar un borrador definitivo que dejara satisfecho a partes iguales a D’Antoni y McQueen, los principales garantes de un proyecto estimado en cinco millones y medio de dólares. Las cuestiones logísticas tuvieron incidencia directa sobre el coste de una producción que precisó de rodaje en estudio y en escenarios naturales de la ciudad de San Francisco, cuya fisonomía sirve a la perfección a los intereses de las persecuciones automovilísticas que hicieron fortuna en la gran pantalla.
    Pocos reparos cabe hacer a este exhaustivo y minucioso trabajo que invita al lector a entender mejor el sentido de colectividad que implica la confección de una determinada producción, además de poner en contexto una obra singular que hasta la fecha no ha sido objeto de remake, aunque numerosos films han bebido de sus fuentes, como se puede extraer del visionado de Contra el imperio de la droga (1971) —no por casualidad, con D’Antoni en el puente de mando de la producción—, Driver (1978), Vivir y morir en Los Ángeles (1985) o la más reciente Drive (2011), entre otras. En ese afán por cubrir todos los flancos posibles, Aragón y Gómez incurren en un ejercicio de pura especulación en torno a la idoneidad de Ryan Gosling —el hierático protagonista de Drive— para encabezar el reparto de una hipotética nueva versión de Bullitt. Dado que hasta la fecha no se ha llevado a cabo, poco o nada aporta esta invitación a la mera especulación. En cambio, para un libro del grosor de la monografia que nos ocupa, apenas se trata la figura cinematográfica de Peter Yates, poseedora de una obra desigual pero estimulante con títulos como la notable policíaco El confidente (1973), El relevo (1979), La sombra del actor (1983) o La casa de Carroll Street (1988), con el telón de fondo de la «caza de brujas». Asimismo, hubiera sido interesante un capítulo destinado al juego comparativo entre los tres films producidos por D'Antoni en que las persecuciones automovilísticas se "adueñan" de sus respectivos relatos, a saber, la cinta dirigida por Yates, French Connection y Los implacables. Patrulla especial 7 (1973), la más desconocida de todas ellas (asimismo dirigida por uno de las alma mater de Bullit), en la actualidad considera una auténtica cult movie.
   Al margen de estas salvedades, Bullit. Un policía llamado Steve McQueen. Historia, análisis, mito cubre con creces la necesidad del cinéfilo (no necesariamente mitómano) por explorar en una multiplicidad de aspectos de un film que marcó una época, contribuyó a redefinir el género policíaco a finales de los sesenta e inmortalizó a Steve McQueen como un icono, en particular gracias a una campaña publicitaria en que se “dejaba” acompañar de un Dodge modelo GT, hoy en día exclusivo para coleccionistas, que llevó a que el presidente de Ford remitiera una carta a los productores en que se mostraba complacido ya que «se trata del mejor anuncio de coches de la historia».•
Christian Aguilera            
         

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