Intervención de Pío Maceda en la presentación de su libro,
Diálogos
con Manuel B. Cossío
Mejoremos la educación,
en el Ateneo de Madrid (11 de
mayo de 2015)
Buenas tardes.
Quiero agradecer a los integrantes de la mesa su
colaboración para para presentar el libro Diálogos
con Manuel B. Cossío. Mejoremos la educación. Y también a todos los que os
habéis animado a acompañarnos en este encuentro. Lo hago en nombre propio y en
el de la Editorial Laertes, cuyo responsable, Jacob Suárez no ha podido
acompañarnos. Reivindico el papel de los pequeños editores que se esfuerzan en
publicar a autores poco conocidos garantizando que los libros permanezcan disponibles muchos años.
Es una suerte contar con estos compañeros de mesa.
Manuel de Puelles Benítez, catedrático
de Política Educativa de la UNED y, sobre todo, un maestro para muchos y para
mí, que corrigió no sólo errores de bulto sino hasta los pequeños detalles del
texto que forma este libro.
Aurora Ruíz –que también me
ayudó en la corrección– coordina el Colectivo «Lorenzo Luzuriaga» del que, a
pesar de que aporto poco, recibo mucho. Bastantes ideas de este libro han
salido de debates del colectivo.
Soraya Chapinal, es
presidenta los MRPs de Madrid. Los MRPs han venido impulsando la innovación
contra viento y marea a pesar de las dificultades.
José Carlos Tobalina, amigo y
antiguo miembro de la Plataforma por la Escuela Pública de Leganés con la que
sigue colaborando, hoy representa a la Sección de Educación del Ateneo que ha
propiciado esta presentación. Es un privilegio poder hacerla en esta casa.
(Cossío fue socio del Ateneo y participó en sus actividades.)
1- El texto
de Diálogos con Manuel B. Cossío.
Mejoremos la educación nació como
búsqueda de una senda para
acercar el sistema educativo a las necesidades de los alumnos.
¿Es posible cambiar la sociedad, sus instituciones, la
visión de las personas... sin cambiar la escuela? Creo que podemos coincidir en
que no es posible un cambio real de la mentalidad y de las instituciones sin
contar con un buen sistema educativo en sintonía con las necesidades de las
personas de hoy.
2- ¿Por qué
elegí el personaje de Manuel Bartolomé Cossío como guía para recorrer las
principales innovaciones educativas y para plantear un reto en el presente?
En los años 90 leí
las memorias de un maestro exiliado –José de Tapia– que dirigió en México la
escuela «Manuel Bartolomé Cossío». Retomando esas memorias descubrí el interés
que Cossío había despertado en los maestros de principios del siglo XX. Y, al
profundizar algo más, hallé que también fue un referente para sus
conciudadanos, de forma que hasta un gobernante con ideas tan ajenas a las
suyas, como fue el radical-conservador Lerroux, le nombró «ciudadano de honor
de la República».
De la personalidad atractiva de Cossío
también me habló en una entrevista Antonio Jiménez-Landi, autor de la Historia de la Institución Libre de
Enseñanza.
Esa personalidad le fue muy útil a
Cossío para defender las mejoras en la educación con diferentes gobiernos
(liberales y conservadores –los partidos que se turnaban en el gobierno–). Me
sorprendió el contraste entre aquel momento cuando logró que los ministros
conservadores no arrasaran las iniciativas que se habían puesto en marcha
(colonias escolares, Museo pedagógico, Junta para la Ampliación de Estudios e
Investigaciones Científicas, Escuela Superior del Magisterio, Instituto Escuela...),
y lo que está ocurriendo desde los años 80 que han supuesto cambios
legislativos cada vez que cambiaba el partido que conseguía el gobierno.
Manuel B. Cossío formó parte de una
minoría que en el siglo XIX concibió que transformando la escuela ayudaban a
aquella España atrasada a abrirse a Europa y a liberarse de prejuicios. Hoy
somos muchos más los que decimos que la democracia, para ser fuerte, necesita
una escuela que forme ciudadanos capaces de pensar por sí mismos para
participar activamente en la vida social.
3- ¿Por qué
elegí el recurso del diálogo?
Porque permite transmitir ideas y contrastar opiniones de
forma cómoda para el lector. El diálogo se ha utilizado desde el mundo clásico
(Platón, Cervantes, Luis Vives...).
Los diálogos van al final de cada
apartado, subrayan algunos aspectos con datos que ofrece el propio Cossío
respondiendo a mis preguntas y, algunas veces, por iniciativa propia (los
viajes al extranjero para estar al día, el papel de las salidas a la
naturaleza, la importancia de los trabajos prácticos para hombres y mujeres, la
defensa de independencia de la escuela respecto a la Iglesia y los partidos,
las misiones pedagógicas para acercar las cultura a aquella España rural y mal
comunicada, el plan de formación de maestros de la República... así como el
trato que tuvo con otras personas relevantes de la educación: Lorenzo
Luzuriaga, José Castillejo, Herminio Almendros... Esa regla sólo se rompe en el
último diálogo que sirve de despedida.
4- ¿Qué me
llevó a concluir que se debe subrayar la dimensión pedagógica en un pacto
político y social?
Para otorgar a la escuela pública un papel protagonista
en la sociedad y en la integración de las nuevas generaciones, no basta con
acordar los principales aspectos que eviten constantes cambios de leyes, sino
que la educación debe modernizarse en todos los niveles para cumplir mejor su
función. Los ciudadanos seguirán apoyando la escuela pública en la medida en
que esta sea más capaz de atender bien a todos los alumnos.
¿Qué ha impedido que iniciativas como
la experimentación para la reforma del ministro Maravall y los Centros de
Profesores no hayan contribuido a la generalización de ese cambio necesario?
Los maestros y profesores no somos
menos sensibles a los cambios que otros profesionales. Si no hemos incorporado
las prácticas de la escuela activa en el conjunto de los centros es porque ha
faltado un acuerdo amplio para impulsarlas. Los conservadores vienen acusando a
la escuela activa de acabar con el esfuerzo y de debilitar la autoridad,
mientras que ellos presumen de reforzar ambos. El repaso a lo largo del libro
de las principales experiencias innovadoras desde la Institución Libre, la
Escuela Moderna, los centros que utilizaban los métodos de María Montessori o
de Freinet, las Escuelas de Verano... dejan patente que los alumnos se
esfuerzan porque trabajan con más interés y que la autoridad es más influyente
al ser aceptada por los niños y
adolescentes. No podemos aprender a conducir, a cocinar, a hablar en
público, a manejar un programa informático... a través del estudio de los
libros. Necesitamos practicarlo. Tenemos que hacer una escuela mucho más
activa.
Transformar el estilo de trabajo es
más difícil que cambiar un solo hábito como fue lo de dejar de fumar en
ambientes cerrados o circular a una velocidad razonable. Pero eso que parecía
casi imposible se logró en poco tiempo. También debió ser difícil impulsar en
todos los centros la lengua de una comunidad autónoma. Y ¿cómo se consiguió?
Porque hubo un acuerdo amplio de las fuerzas políticas y sociales y se pusieron
los recursos necesarios por considerarlo un objetivo estratégico. El día en que
una amplia mayoría social y política apueste por el cambio pedagógico poniendo
los recursos necesarios, se dará ese
paso, respetando que las comunidades educativas elijan su propio camino. Los
equipos directivos y la inspección tendrían un papel de impulso y de responder
a las demandas de los profes en ese cambio.
5- Cossío se
habría puesto la camiseta verde
Si Cossío hubiese vivido ahora a buen seguro que se
habría puesto la camiseta verde. Por eso me gustó mucho la idea de Pablo Cano
de añadir esa camiseta al retrato de Cossío pintado por Sorolla, que ocupa la
portada del libro. Los artistas saben reflejar mucho con poco.
Necesitamos un gobierno autónomo
comprometido con la educación, la sanidad, la ayuda a la dependencia y, sobre
todo, con el empleo y con una solución para las familias amenazadas de
desahucio. Ese gobierno necesitará de la complicidad de los gobiernos
municipales para llevar a la práctica esas políticas y de la cobertura de un
gobierno central que apueste por la equidad.
Hasta ahora el gobierno de la
Comunidad de Madrid y los de los municipios con gobiernos conservadores han
desarrollado una política privatizadora unida a fuertes recortes: la mayor
parte de las compañeras y compañeros interinos han sido despedidos; se han
cerrado escuelas y aulas de Educación Infantil dependientes de la Comunidad y
del Ayuntamiento. Esos recortes están limitando la capacidad de los colegios,
los institutos y la universidad para ofrecer la calidad de enseñanza a la que
aspiran y para atender a las necesidades de cada alumno.
Nos sentimos identificados con las
distintas mareas. Queremos que las nuevas Administraciones trabajen para
garantizar el derecho al trabajo, a la vivienda, a la educación, a la sanidad,
a la dependencia, al agua... con una política transparente al servicio de los
ciudadanos.
Muchas gracias.
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