Representaciones en la prensa, la televisión, la novela, el cine y la cultura popular
Ficha Técnica
Título: Cartografías del 23-F
Editores: Francisca López y Enric Castelló
Edita: Laertes Ediciones . Barcelona, septiembre de 2014
Materia: Ensayo e Historia
Encuadernación: Rústica
Número de páginas: 272
ISBN: 978-84-7584-953-9
PVP: 16.00€
Han pasado treinta y tres años del intento de golpe de Estado del 23 de febrero de 1981. Aquella tarde, alrededor de las seis y veinte, un grupo de guardias civiles, al mando del teniente coronel Antonio Tejero, irrumpió en el Palacio de las Cortes mientras se realizaba la votación para la investidura de Leopoldo Calvo Sotelo como presidente del gobierno, tras la dimisión de Adolfo Suárez.
La radio retransmitía en directo el pleno del congreso y los comentarios de los periodistas de la Cadena Ser se mezclaron con gritos, amenazas y disparos. Nadie sabía lo que estaba ocurriendo en aquel momento; parecía el guión de una ficción radiofónica, pero no lo era. Al día siguiente, las imágenes que se vieron en televisión recordaban una escena cinematográfica, pero no se trataba de una película.
La fotografía del teniente coronel Tejero, de perfil, con el brazo izquierdo en alto y empuñando una pistola con la mano derecha, se convirtió en un principio en el símbolo de lo que la mayoría de los españoles quería dejar atrás para siempre: el pasado de la guerra civil y de la dictadura. La imagen, captada por el fotógrafo de la agencia EFE Manuel Pérez Barriopedro, apareció en la edición de la una de la madrugada del 24 de febrero en el diarioEl País.
El papel de los medios de comunicación fue esencial durante aquellas horas. Desde la Cadena Ser se difundían nuevas noticias, declaraciones de periodistas y personalidades, y se hacían llamamientos a la serenidad, mientras que los españoles esperaban ante el televisor el anunciado mensaje del rey Juan Carlos, que se emitió al fin, a la una y cuarto de la madrugada.
Para un gran sector de la sociedad española el 23-F representa algo más que un acontecimiento histórico, pues esa fecha forma parte de su memoria personal. Para algunos el 23-F es un recuerdo de su juventud o de su infancia. Quizás, en sus casas, los mayores, pero sobre todo los abuelos, temían que la historia se repitiese; ellos habían vivido el fatídico golpe de Estado del 18 de julio de 1936 que provocó una guerra civil a la que siguió una durísima posguerra.
Sin embargo para otra gran parte de la sociedad española actual, el 23-F apenas significa un párrafo en un manual de Historia, y unas imágenes que se repiten año tras año en noticias o reportajes de televisión cada vez que llega esa fecha. Como señala Manuel Palacio en el prólogo de Cartografías del 23-F, si no existiera ese material mediático elaborado por trabajadores de TVE, la agencia de noticias EFE y la Cadena Ser “no existirían esas conmemoraciones mediáticas de cada 23 F”.
Cartografías del 23-F es una obra colectiva coordinada por Francisca López y Enric Castelló en la que se analizan las distintas producciones culturales surgidas a partir del material mediático primigenio. Este análisis conlleva además una reflexión acerca de cómo ha evolucionado la sociedad española y de cómo estos cambios han quedado reflejados en las producciones culturales que tratan el tema del 23-F.
La idea de este libro surge en el año 2009, en conversaciones informales. Pero fue en el 2012 cuando los dos autores decidieron sacar adelante el proyecto con la colaboración de otros especialistas interesados en este tema. Francisca López aclara en la introducción al libro:
Lo que constatábamos en 2009 y lo que despertó nuestra curiosidad es que, en la producción cultural de ese año en torno al 23 F, el evento histórico parecía haber sido completamente sustituido por la fuerza simbólica tanto de las siglas como de las imágenes de televisión con las que comúnmente se lo invoca. Es decir, unas y otras habían terminado por convertirse en signos vacíos, listos para su reciclaje y resignificación.
El 23 F se estaba convirtiendo en un mito, conforme a la definición de Roland Barthes: un sistema semiológico de segunda generación que, como tal, “priva totalmente de la historia al objeto de que habla. En él la historia se evapora”.
La atención que ha recibido el 23-F no ha sido la misma a lo largo de los años. Después de la amplia producción cultural en el 81, el tema dejó de interesar. Pero esta tendencia cambió en la primera década del siglo XXI, y lo hizo de forma paralela al auge de Internet.
Con el tiempo se habían ido consolidando en el imaginario colectivo las dos interpretaciones de los hechos: la oficial, que se apoya en los documentos audiovisuales; y la no oficial, que insiste en que hay una trama oculta que nunca ha sido desvelada.
Cartografías del 23-F está dividido en dos partes. En la primera se analizan producciones informativas y documentales. Arantxa Capdevila se ocupa del tratamiento del 23-F en la prensa española. A medida que la opinión le gana el terreno a la información se produce la ruptura del consenso inicial. Ya en 1991 cierta prensa se pregunta si se sabe toda la verdad de los hechos. Una década después, el golpe se presenta como algo anacrónico, propio del siglo XIX, llevado a cabo por unos incompetentes. Tejero se convertirá en un personaje de opereta, mientras que el rey Juan Carlos se erigirá en el gran protagonista.
La prensa bautizó el acontecimiento histórico como 23-F, creó unos tópicos y lugares comunes como la expresión “intentona golpista”, y construyó una amplia red de metáforas: desde “la noche de los transistores” hasta el 23 F como “vacuna de la democracia”; más tarde el golpe se convertiría en “opereta”, “bufonada” o “esperpento”.
Hugh O’Donnell estudia la presencia del 23-F en la prensa extranjera. Enseguida se crearon unos estereotipos: el rey aparece como salvador de la patria y garante de de democracia; su oponente es Tejero, una figura ridícula, el bufón del drama.
En “El 23-F como recuerdo-destello: prácticas de memoria en el documental televisivo nacional”, Carlos Rueda Laffond analiza cómo en estas producciones el 23-F se presenta como un “riesgo capital” para desestabilizar la democracia; frente a ello aparece la reacción del rey. Esta construcción otorga “un cariz épico no tanto al golpe en sí, evidentemente, como sobre todo al “contragolpe” real y a su significación institucional y colectiva”.
Enric Castelló en “El golpe a través del caleidoscopio autonómico” se ocupa de los productos sobre el 23-F en las televisiones autonómicas. Sin salirse del discurso dominante el relato vasco destacaba las consecuencias políticas del intento del golpe de Estado, mientras que la televisión catalana se acercaba a la línea oficial aunque señalaba lo poco que se investigó. Resulta también muy interesante la evolución de estos documentales en otras televisiones autonómicas, sobre todo en la valenciana.
La segunda parte del libro se centra en las producciones de ficción: cómo se ha representado el 23-F en la novela, el cine, las series de televisión y la cultura popular. Francisca López analiza la producción literaria sobre el golpe; desde novelas cercanas a 1981 hasta el éxito de ventas Anatomía de un instante (2009), de Javier Cercas, un relato que está más cercano a la novela que de ningún otro género. Laíla Quílez Esteve se ocupa de algunas películas que han tratado el 23-F, como un punto de encuentro entre la memoria individual y la colectiva
Las producciones televisivas son estudiadas por Ruth Gutiérrez y Sira Hernández. Estas ficciones se apoyan en unos ejes míticos que se repiten: “el futuro democrático de España está ligado a la Corona”, la amenaza de las dos Españas enfrentadas, la importancia de opción centrista que venza sobre los radicalismo y la pérdida de la libertad en el caso de que hubiera triunfado el golpe.
Concepción Cascajosa y Vicente Rodríguez analizan la presencia del 23-F en la cultura popular, desde el cómic hasta canciones satíricas y chistes. En los chistes que se contaban en el 81 se repetían motivos como el de los “huevos de Tejero” o recursos escatológicos para descalificar a los políticos. La canción La danza del sable del grupo la Trinca desmitificaba el compromiso democrático de los ciudadanos. Y en un videojuego de 1984 Tejero aparecía como un come-cocos naranja que perseguía a fantasmitas por el congreso. En los últimos años el 23-F ha continuado protagonizando parodias en programas de gran audiencia televisiva.
Francisca López y Enric Castelló reflexionan en las conclusiones de Cartografías del 23-Fsobre cómo el hecho histórico del fallido golpe de Estado se ha convertido en un “mito de origen”. De la España negra se pasaba a una democracia consolidada y a un acercamiento definitivo a esa Europa que representaba el progreso, la cultura y la libertad. Esta idea se mantiene a lo largo del tiempo y se convierte en un “sitio de memoria”. Pero poco a poco se va vaciando de su significado histórico y se van borrando las fronteras entre la ficción y la realidad, lo que propicia el crecimiento del mito. La interpretación oficial y aquella otra que insiste en la existencia de zonas oscuras conviven también cómodamente. Como señalan los autores:
Pronto, el ciudadano empezará a dudar sobre qué fue cierto, qué leyó en la prensa o vio en la película, qué le contaron como verdad y como hipótesis, qué eran suposiciones o a quién se referían con aquel misterioso “hombre del maletín”. Los hechos se desvanecen mientras persiste el secreto de sumario.
El 23 de febrero de 2014 la cadena de televisión La Sexta transmitió Operación Palace, el falso documental de Jordi Évole para el programa Salvados. En esas fechas Cartografias del 23-F estaba ya concluido. Sin embargo parece como si Operación Palace ejemplificase una de las conclusiones a las que se llega en el libro. El 23-F se sigue conmemorando pero lo que se conmemora va quedando difuminado. Évole, en palabras de Francisca López “lo único que hace es llevar este vacío de significado a sus últimas consecuencias, inventando una narrativa que llama la atención a la naturaleza de simulacro del mismo evento real”.
La polémica que causó el falso reportaje y los debates entre sus defensores y detractores corroboran la vigencia del 23-F en la sociedad española y la importancia de diferenciar el mito épico de los hechos históricos. Por ello era necesario un libro como Cartografías del 23-F, un completo y esclarecedor estudio sobre el 23-F como icono y mito cultural.
Índice
Prólogo. Anatomía de la representación. La materialidad de las cosas. Manuel Palacio
Introducción. Cartografía de la producción cultural en torno al 23-F. Francisca López
Primera parte: Informativos y documentales
La disolución de un consenso: el 23-F en la prensa. Arantxa Capdevila
El 23-F en la prensa anglosajona: drama, mito, olvido. Hugh O’Donnell
El 23-F como recuerdo-destello: prácticas de memoria en el documental televisivo nacional.José Carlos Rueda Laffond
El golpe a través del caleidoscopio autonómico. Enric Castelló
Segunda parte: Novelas, ficciones audiovisuales y cultura popular
De travestis, coleópteros y héroes: El 23-F en la novela. Francisca López
Evocaciones del 23-F en el cine español contemporáneo: Muertos de risa, El Calentito y 23-F.Laia Quílez Esteve
La ficción televisiva del 23-F. Memoria y mito del golpe a la Transición. Ruth Gutiérrez Delgado y Sira Hernández Corchete
‘Aquellos guardias civiles que interrumpieron la votación…': humor y subversión en las representaciones del 23-F en la cultura popular. Concepción Cascajosa Virino y Vicente Rodríguez Ortega
Conclusiones: cartografía de la nación a través del mito. Francisca López y Enric Castelló
Datos de los editores
Francisca López es catedrática en el Departamento de Español de Bates College (EE UU), autora de Mito y discurso en la novela femenina de posguerra en España, y coeditora deHistorias de la pequeña pantalla: Representaciones históricas en la televisión de la España democrática y de Global Issues in Contemporary Hispanic Women’s Writing: Shaping Gender, the Environment, and Politics.
Enric Castelló es profesor del Departamento de Estudios de Comunicación de la Universidad Rovira i Virgili y miembro del grupo de investigación en comunicación Asterisc. Es editor deLa mediatización del conflicto político (Laertes) y editor cofundador de la Catalan Journal of Communication and Cultural Studies.
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