Doménico Chiappe, autor de Tan real como la ficción. Herramientas narrativas en periodismo conversa con Ricardo Iván Paredes para PliegoSuelto - Revista de Literatura y Alrededores
Doménico Chiappe: “Vamos hacia un tipo de obra que no puede encasillarse en las fronteras de las artes”
Ricardo Iván Paredes
24/09/2014
24/09/2014
Sobre el autor
Textólogo. Lic. en Filología Hispánica (Universitat de Barcelona) y en Periodismo (U. de San Martín, Lima). Trabajó en Expreso y Frecuencia Latina TV (Perú) y colaboró con El Universaly W Radio (Colombia). Reside en Barcelona y ha sido articulista de Mundo Hispano y Tribuna Latina. Sus temas: política internacional, inmigración, literatura, rock y culturas juveniles. Desde 2009 es editor-coordinador de PS. Actualmente realiza el Máster de Experto en ELE.
Huellas en el mar (Sub-Urbano) es una colección que reúne a los más destacados narradores hispanoamericanos residentes en España entre los que se cuentan Santiago Roncagliolo, Cristina Peri Rossi, Fernando Iwasaki, Leonardo Valencia, Marcelo Luján, Sergio Marras, Edson Lechuga o Karina Sainz, entre muchos otros. Con motivo de la publicación del tercer volumen de la colección, entrevistamos a su editor:Doménico Chiappe (Lima, 1970). Chiappe es, asimismo, pionero de la literatura multimedia en el ámbito panhispánico con Tierra de extracción (2000), es autor de las novelas Tiempo de encierro (Lengua de trapo, 2013) y Entrevista a Mailer Daemon (La Fábrica Editorial, 2007) así como del ensayo Tan real como la ficción. Herramientas narrativas en periodismo (Laertes, 2010).
Huellas en el mar, el título de la antología, lo tomaste del estribillo de “Plateado sobre plateado”, un tema del legendario rockero Charly García (Clics modernos, 1983). ¿La poética de dicha canción te inspiró para sacar adelante la compilación?
La letra de esos discos, como Clics modernos, Piano Bar, Yendo de la cama al living, escritas en esos años difíciles de Argentina, han podido corearse en el resto de países en distintas épocas. Han seguido vigentes, han significado algo en distintas generaciones. Es esa magia de la poética de Charly García la que, desde el título de la colección, he querido utilizar para unir las voces dispersas, únicas, que hay en esta selección de relatos. Y desde luego, es un homenaje desde la literatura, al menos por mi parte.
¿Qué criterios has tomado para seleccionar a los 25 autores incluidos en los seis volúmenes de la colección?
Los autores debían haber ensayado en el espacio conciso del cuento de manera reiterada; haber emigrado y, en esta experiencia, haber tenido que enfrentarse al acto de sobrevivencia; que la llegada y la partida hayan afectado no solo su tema, sino también su voz, su lenguaje, en una mutación necesariamente individual. En fin, tener la constancia de que esa voz propia existía y, desde luego, me cautivaba.
De acuerdo a tu trabajo de seguimiento de autores y del diálogo con ellos, ¿qué elementos crees que atraen a los escritores de países americanos para que decidan establecerse en España?
Cada caso es particular. Para el prólogo, no he querido extrapolar a partir de estos autores para hacer una tesis sobre la emigración de narradores desde Latinoamérica hacia España. Se hubiera podido, desde luego, trazar líneas cruzadas y lanzar generalidades que sonaran a verdad absoluta. Pero hubiera sido forzado, una patraña. Creo que el lector debe sumergirse en esta polifonía que se ofrece en Huellas en el mar, y sacar sus propias conclusiones. Pues hay más líneas paralelas entre los autores (sus temas, sus lenguajes, sus tonos), que puntos de coincidencia.
Para emigrar, no creo que existan ahora más o menos razones que las que atrajeron a los que se subieron en un barco para cruzar un océano desconocido y llegar a un lugar, o a un no-lugar, que explorar. Circunstancias personales, sobre todo.
En tu caso personal, formas parte de este contingente de narradores hispanoamericanos, ¿piensas que esta labor editorial ha sido también una forma de autoconocimiento? ¿Qué debates internos te ha generado?
He vivido varias migraciones. En la última, la que hice a Madrid, tuve conciencia de que mi voz narrativa propia debía buscarla en mi condición de extranjero. Quizás haya sido al revés: conocer y explorar este camino hasta consolidar mi escritura me llevó a querer mostrar otros casos.
Antes de que surgiera el proyecto ya había leído a los autores seleccionados, que publican en revistas, blogs, libros, y tenía una idea de la calidad que se podía ofrecer a quien se acerque a sus textos. Por una u otra razón, hay ausencias compensadas por las voces nuevas, incluso inéditas dentro del mercado libresco, que irrumpen aquí.
De otro lado, te dedicas al estudio y a la experimentación de formas narrativas digitales a través de obras hipermedia como Tierra de extracción(2000) y Basta con abrir las puertas de un hotel (2013). ¿De qué manera las nuevas tecnologías han influenciado en tu labor de escritor, editor, periodista y docente?
Explorar las posibilidades digitales para la literatura me ha llevado a la concisión, a la poética de la exactitud, a la fragmentación y experimentación. Sin renunciar a la tradición y sin desconocer la generación híbrida a la que pertenecemos, he experimentado con estas dos obras que mencionas, y varias más que he preferido no publicar, siempre intentando forzar los límites. Y eso se traslada al papel también, a la literatura que escribo para el códice. Son lenguajes distintos y cada proyecto nace para un medio u otro, una tecnología u otra. Y esta educación, este aprendizaje, da un conocimiento transversal, que puede aplicarse a las distintas facetas de una vida.
Eres autor de la tesina Hipermedismo. Narrativa para la virtualidad(Universidad Carlos III-Madrid, 2005) ¿Qué es lo que planteas a través de este trabajo de investigación?
Sin querer establecer una enumeración de cualidades y características, a manera de decálogo, este trabajo analiza la literatura multimedia, de lo que llamé allí “hipermedismo”, pero que puede tener varias formas de nombrarla. También hace un recorrido de la evolución narrativa a través del avance tecnológico, para mostrar que se van consolidando lenguajes que adoptan, y a la vez exigen, del medio donde se desenvuelven.
Ya ese trabajo tiene casi 10 años, y a diferencia de otros momentos históricos, esta evolución avanza a mayor velocidad. Lo que antes demoraba un siglo, ahora apenas demora una década. Ha llovido mucho desde entonces, incluso para mí como autor.
¿Cuáles son tus reflexiones sobre la gestación de nuevos géneros híbridos de la escritura, condicionados por el formato digital?
Vamos hacia un tipo de obra que no puede encasillarse en las fronteras de las artes. Ya no es literatura, plástica, música, arquitectura, escultura… es todo a un tiempo, danzando en el espacio infinito y comprimido de lo digital. Vamos hacia un género envolvente, desarrollable solo desde equipos transdisciplinares, “hiperfonías” de la creación y la obra.
Tiempo de encierro es tu última novela y se basa en un hecho real: el desahucio de una familia en Madrid. Al igual que Tierra de extracción y Entrevista a Mailer Daemon tocan problemas sociales y la desmesura del poder, sin que se alejen del ímpetu estético y la experimentación narrativa. ¿Consideras que tus obras también representan una forma de compromiso y resistencia política-social?
La lucha contra el pensamiento totalitario de cualquier signo, el rebatir el discurso oficial, el mostrar el detalle humano de la época, está presente en la literatura que me interesa. Y espero que esté en la mía. Abordo la reconstrucción complaciente de la memoria, el derecho a la decisión individual de resistencia, las líneas trazadas por el poder que se hacen invisibles, la claudicación o rebelión en un acto… Poner la cara, los puños, el cuerpo a través de la literatura, como también, si hace falta, en medio de la plaza. Son las circunstancias. Desde luego, no es posible callar.
Finalmente, ¿qué proyectos creativos o editoriales tienes previstos de cara a este otoño?
Hay muchos planes, intentos de innovar en diversas áreas. A ver qué se concreta. De momento, me concentro en la publicación de mi libro de crónicas Cédula de Identidad, que reúne textos periodísticos desde 1995 hasta 2014, realizadas como reportero en Venezuela. Son escritos revisitados y reescritos, compuestos en un diálogo y unidad, a pesar de su fragmentación. Ha salido en Venezuela, bajo el sello La Guaya/Biosfera, y estará llegando a librerías al mismo tiempo que esta entrevista a Pliego Suelto.
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