jueves, 15 de noviembre de 2012

Víctor Alba

Después de un día de huelga general, es bueno recordar a quienes nos antecedieron. Dice Víctor Alba en su libro Sísifo y su tiempo. Memorias de un cabreado (1916-1996):

Más espectacular fue lo que tuvo durante medio año por escenario la universidad. En octubre, huelga estudiantil, respondiendo a una de Madrid. Las primeras barricadas de S, con los adoquines de la plaza (lo difícil era mover el primero, los demás seguían). Los estudiantes, vírgenes de trabajo manual, se entregaban con entusiasmo a esta tarea. Las barricadas no eran para disparar (no tenían armas), sino para detener el tránsito y los caballos de la policía y atraer la atención de la gente. Descolgaron del rectorado el retrato del rey y lo arrojaron por la ventana, delante de la gente amontonada en las porterías, de la cual se desprendieron algunos obreros, que se unieron a los estudiantes entre grandes aplausos. La cosa subió de tono cuando la CNT llamó a una huelga general. 


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