VIAJE POR RUSIA
Théophile Gautier
—traducción de Sonia Mansberger—
En invierno de 1858, Théophile Gautier,
«el poeta impecable, el perfecto mago de las letras francesas y maestro y
amigo» de Charles Baudelaire, se desprende de la «nostalgia azur» que siente
por el Mediterráneo y se lanza al «vértigo del Norte», a la gran Rusia.
En pleno invierno, habiendo superado ya
el trayecto que cruza Alemania, Gautier enlaza San Petersburgo con Moscú, dando
lugar a las primeras muestras de la irresistible belleza de sus descripciones.
Su visión pictórica —colorista y plástica— alcanza desde las extensas llanuras
colmadas de nieve hasta la tregua que representan los salones de las estaciones
de tren, con sus amplias cristaleras y plantas tropicales, puntos de encuentro
en los que confluyen milagrosamente las distintas Rusias que conforman el
imperio. Y así llegamos a Moscú, y así sentimos nosotros, los lectores, la
fascinación y el desafío descriptivo que supuso para Gautier recorrer sus
plazas y sus catedrales, y ante todo, el Kremlin.
La historia nos cuenta que Gautier no
pudo o no supo adaptarse de nuevo a París. La llamada del «vértigo del Norte»
le devuelve a Rusia en verano, y si antes la recorrió en ferrocarril, ahora es
el río Volga quien le acompaña en su periplo. Si antes el murmullo del diablo
del viaje le incitaba a visitar el Kremlin, ahora le guía hacia
Nizhni-Nóvgorod, ciudad que albergaba en esos tiempos una importante feria que
reunía toda clase de razas y dialectos; persas, siberianos, tártaros de
Manchuria, armenios… a la espera de los chinos.
Théophile Gautier (Tarbes, 1811- París, 1872) Es uno
de los escritores centrales de la literatura del siglo XIX. De su inicial
inclinación por la pintura extrae el colorismo y precisión de sus
descripciones, de su amistad con Gérard de Nerval, el gusto por lo fantástico y
lo siniestro, de su relación con Victor Hugo, su devoción por la poesía.
Gautier participa del apogeo del Romanticismo: bohemia, dandismo, «paraísos
artificiales» y una extensa actividad literaria en el terreno de la poesía, la
crítica, la novela, el relato fantástico y el libro de viajes. Tras una
paulatina ruptura con el Romanticismo, Gautier consagra el parnasianismo. Por
ello Baudelaire abre Las flores del mal con la dedicatoria a su maestro
y amigo. Tentado de igual manera por «la nostalgia del azur» mediterráneo y por
el «vértigo del Norte», escribe Viaje por España, Viaje a Italia y el
libro que ahora presentamos, Viaje por Rusia. Maestro de toda una
generación de escritores, amigo de poetas, pintores y científicos, sus restos
descansan en el cementerio de Montmartre.
1 comentario:
Leí el libro este verano pasado. Curioso el viaje y curiosas las notas que nos da: un órgano mecánico de fabricación italiana sonando en un café ruso.
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