lunes, 2 de febrero de 2015

NOVEDAD:

Ver Smara y morir
de Michel Vieuchange 

Traducción y notas de Larosi Hadar
Edición e introducción de Pablo-Ignacio de Dalmases


En la bisagra entre los siglos XIX y XX y en pleno Sáhara Occidental, un personaje legendario llamado Ma el Ainin, que se caracterizó por su oposición a la penetración europea, construyó la alcazaba de Smara con el fin de establecer un punto de apoyo en las rutas caravaneras. La escasa predisposición de la población nómada a sedentarizarse y la resuelta decisión de Francia y España a establecerse en el desierto hizo inviable la continuidad del proyecto y, a la muerte de su promotor, este quedó abandonado. Smara permaneció en el olvido y solo fue visitada en 1913 por una columna francesa, que causó algunos destrozos, y por Michel Vieuchange. 

Michel Vieuchange (Nevers, 1904-Agadir, 1930), viajó a Smara, ciudad situada en el interior del Sáhara español, en territorio aún no ocupado por la administración colonial y por tanto insumo, en 1930. Con la complicidad de su hermano Jean, que aseguró la retaguardia de su proyecto desde Marruecos, realizó el recorrido en durísimas condiciones y con grave deterioro de su salud, pero consiguió finalmente su objetivo. Solo permaneció unas pocas horas en la misteriosa ciudad, tras lo cual regresó a su punto de partida, donde falleció como consecuencia de las penalidades sufridas.

Sus notas de viaje fueron publicadas por Jean, primero como crónicas periodísicas, en “La vigie marocaine” de Casablanca, y más tarde en forma de libro, cuya primera edición (1932) prologó Paul Claudel. La traducción inglesa (1949) fue prologada a su vez por Paul Bowles. Este clásico de la literatura viajera del siglo XX, ha sido reeditado reiteradamente en Francia y traducido a los principales idiomas.

Foto: Michel Vieuchange delante de Smara.
Mapa: Ruta seguida por Michel Vieuchange.

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