Antón Castro entrevista en el Heraldo de Aragón a
María Gómez y Patiño, autora de
Escapistas de la realidad. Los intangibles del turismo.
MARÍA GÓMEZ Y PATIÑO PUBLICA EN LAERTES UN ENSAYO SOBRE LA RELACIÓN ENTRE EL VIAJE INTERIOR, LA AVENTURA Y EL TURISMO
María Gómez y Patiño, una bilbaína afincada en Zaragoza, donde es profesora de Periodismo, lleva media vida viajando. El viaje exterior, dice, conlleva siempre un viaje interior de conocimiento y quizá de conquista del yo. Afirma: «El viaje de mi vida está por llegar». Mientras lo busca, ha recorrido América, la vieja Europa (confiesa que su ciudad favorita es Roma), Asia o África, y ha tenido tiempo de destilar sus experiencias en un libro: Escapistas de la realidad. Los intangibles del turismo (Laertes), donde intenta analizar, «sin voluntad de redactar un libro académico», lo que han sido los viajes y el turismo, al que define
como «una gran industria de paz. Cuando uno viaja, cuando uno conoce gente, establece lazos e integra más en su círculo íntimo a la gente. Se vuelve mejor persona. Se establecen vínculos afectivos que no se violan jamás».
María Gómez y Patiño, que vivió más de un lustro en Calatayud, confiesa que sus viajes más intensos fueron los que hizo a China: estuvo un mes en la Universidad de Pekín, donde hizo algunos estudios de género, y salió por zonas del interior y ciudades medievales. Allí percibió lo que denomina «la cultura de la sonrisa», la vida de mujeres que desean salir de China. Con ellas, a través de preguntas y encuestas, María Gómez realizó una ardua investigación y el «viaje de la Revolución Cultural. Son mujeres que sueñan con salir, a veces realizan pequeñas salidas a lugares cercanos; muchas no lo harán jamás, pero aún así viven un viaje vital que tiene mucho que ver con el taoísmo: disfrutan con lo que tienen». Esto también tiene mucho que ver con otra de sus conclusiones: «viajar es algo más profundo. Viajar es una actitud: va más allá del movimiento, de las rutas marcadas o establecidas. A mí me gusta mucho ir a mi aire, casi de un modo indefinido, al capricho de lo que el viaje te ofrezca. El viajero es un aventurero que huye de algo o va buscando a alguien o a sí mismo».
Le ha embelesado Oriente y su espiritualidad, la fuerza de su religiosidad, aunque el continente que más le atrae es África: por sus rituales, por la relación con la naturaleza, por la capacidad de escuchar o contar fábulas, por la fuerza maternal y amorosa de sus mujeres. «En África fabulan mejor que en ningún sitio. Y pienso, por ejemplo, en las historias que puedes oír en Latinoamérica, donde te das cuenta de que el realismo mágico no es un concepto: es algo que está ahí. Allí nuestra mentalidad no sirve para nada. Una noche tuve la sensación de que las luciérnagas volaban. Allí vives una realidad alucinante. Le hablo de Chile, de Argentina, de México, de Argentina, de Paraguay, de Brasil...»
Regresamos por un instante a África, a uno de sus lugares más amados, para cerrar su inventario de sensaciones y explicar la narración oral. Señala la autora de Escapistas de la realidad: «Una noche llegué a Accra en Ghana. Estuve oyendo unas voces de unas mujeres negras que no sabía con certeza si estaba o no soñando. Me pregunté: “¿dónde estoy?”. Tenía la sensación de que iba sobre nubes. África es una fábrica de voces, sones y cuentos».
En Escapistas de la realidad, María Gómez y Patiño inicia su viaje con un viajero o escritor talismán: Miguel de Unanumo, que decía que «los nacionalismos se curan viajando». Con él, o con su sombra, recorre el Grand Tour o "acompaña" a grandes viajeros, desde Marco Polo y Ali Bey hasta Peter Mathiesen o Bruce Chatwin. «Una de las cosas que he aprendido en los viajes es que se puede vivir con muy poco. Viajar es despojarse de equipaje. Siempre llevo pocas cosas; lo imprescindible son los chales. Te sirven para cubrir la cabeza, de abrigo en las noches o de pareo en una playa. Apenas llevo cuadernos o cámaras de fotos. Me gusta disfrutar del viaje al máximo».
María elabora una pequeña biografía de unos cuantos viajeros. Y declara que su personaje predilecto es Karen Blixen, Isak Dinesen. «Ella no era una turista. Era una viajera, que llegó a Kenia, se quedó, se integró, realizó el gran viaje en el sentido más amplio del término. Lejos de África es uno de mis libros de cabecera. También admiro a Jan Potocki, el autor de Manuscrito encontrado el Zaragoza». Parece tomar impulso y asegura: «Todos somos escapistas de la realidad. ¿Quién no escapa de alguien o de algo alguna vez?» Entre sus sueños está el de regresar a Kenia y de visitar Indonesia. Eso sí, en su zurrón de escritora, lleva otro proyecto prometedor: una colección de cuentos que le contaron y de personajes que conoció alrededor del mundo. O en el interior de algo que le fascina: las cocinas.
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