lunes, 25 de junio de 2012

Novedad editorial: «Viaje por Rusia», de Théophile Gautier

VIAJE POR RUSIA 
Théophile Gautier
—traducción de Sonia Mansberger—
 



En invierno de 1858, Théophile Gautier, «el poeta impecable, el perfecto mago de las letras francesas y maestro y amigo» de Charles Baudelaire, se desprende de la «nostalgia azur» que siente por el Mediterráneo y se lanza al «vértigo del Norte», a la gran Rusia.

En pleno invierno, habiendo superado ya el trayecto que cruza Alemania, Gautier enlaza San Petersburgo con Moscú, dando lugar a las primeras muestras de la irresistible belleza de sus descripciones. Su visión pictórica —colorista y plástica— alcanza desde las extensas llanuras colmadas de nieve hasta la tregua que representan los salones de las estaciones de tren, con sus amplias cristaleras y plantas tropicales, puntos de encuentro en los que confluyen milagrosamente las distintas Rusias que conforman el imperio. Y así llegamos a Moscú, y así sentimos nosotros, los lectores, la fascinación y el desafío descriptivo que supuso para Gautier recorrer sus plazas y sus catedrales, y ante todo, el Kremlin.

La historia nos cuenta que Gautier no pudo o no supo adaptarse de nuevo a París. La llamada del «vértigo del Norte» le devuelve a Rusia en verano, y si antes la recorrió en ferrocarril, ahora es el río Volga quien le acompaña en su periplo. Si antes el murmullo del diablo del viaje le incitaba a visitar el Kremlin, ahora le guía hacia Nizhni-Nóvgorod, ciudad que albergaba en esos tiempos una importante feria que reunía toda clase de razas y dialectos; persas, siberianos, tártaros de Manchuria, armenios… a la espera de los chinos.

Théophile Gautier (Tarbes, 1811- París, 1872) Es uno de los escritores centrales de la literatura del siglo XIX. De su inicial inclinación por la pintura extrae el colorismo y precisión de sus descripciones, de su amistad con Gérard de Nerval, el gusto por lo fantástico y lo siniestro, de su relación con Victor Hugo, su devoción por la poesía. Gautier participa del apogeo del Romanticismo: bohemia, dandismo, «paraísos artificiales» y una extensa actividad literaria en el terreno de la poesía, la crítica, la novela, el relato fantástico y el libro de viajes. Tras una paulatina ruptura con el Romanticismo, Gautier consagra el parnasianismo. Por ello Baudelaire abre Las flores del mal con la dedicatoria a su maestro y amigo. Tentado de igual manera por «la nostalgia del azur» mediterráneo y por el «vértigo del Norte», escribe Viaje por España, Viaje a Italia y el libro que ahora presentamos, Viaje por Rusia. Maestro de toda una generación de escritores, amigo de poetas, pintores y científicos, sus restos descansan en el cementerio de Montmartre.

1 comentario:

José María Piñeiro dijo...

Leí el libro este verano pasado. Curioso el viaje y curiosas las notas que nos da: un órgano mecánico de fabricación italiana sonando en un café ruso.