Reproducimos a continuación la muy completa reseña que firma Susana Olmos para la revista Teoría de la Educación. Educación y Cultura en la Sociedad de la Información, en la que se analiza el libro Web 2.0. Nuevas formas de aprender y participar, de Mariona Grané y Cilia Willem.
Web 2.0:
nuevas formas de aprender y participar
GRANÉ, M., y WILLEN, C. (Eds.) (2009), LAERTES educación. 224 pp.
Mariona Grané es profesora de Comunicación Audiovisual y Formación del Profesorado e investigadora del Laboratorio de Medios Interactivos de la Universidad de Barcelona. Su ámbito de trabajo se centra en el diseño interactivo orientado a la formación y el aprendizaje. Cilia Willem es Licenciada en Comunicación Audiovisual e Historia, así como investigadora en el Laboratorio de Medios Interactivos de la Universidad de Barcelona. Su área de trabajo se centra en la alfabetización digital y mediática. Además, es coordinadora de la red xenoclipse.net (European Network for Digital Literacy and Diversity in the Media). Este libro hace un recorrido a lo largo de seis capítulos por las potencialidades que conllevan los nuevos usos de internet, así como sus aspectos de aprendizaje y la importancia de la participación en la creación de conocimiento.
El texto recoge las contribuciones de profesionales tanto del ámbito de la educación como de la comunicación; dichas aportaciones convergen en un punto común en torno al acuciante cambio cualitativo que está viviendo la web a raíz de los avances tecnológicos y con ellos de las nuevas formas de comunicación e interacción social.
Como bien se dice en el libro: “no es la tecnología la que impone conductas a la sociedad, sino que es la propia sociedad la que se autodetermina y condiciona a la tecnología” (p. 72). Innovaciones de los últimos años (nuevos contenidos, redes sociales online, sociabilidad, participación en la comunidad, aprendizaje en red, etc.) son un ejemplo de este cambio cualitativo, el cual, a pesar de todo, confiere mayor relevancia al alumno.
En palabras de los autores: “el individuo como aprendiz es el protagonista y el diseñador de su proceso de aprendizaje” (p. 153), “el alumno ya no es un consumidor de contenidos, sino un “prosumidor”: un consumidor y creador/productor de contenidos”(p. 48), “(…) proporcionar servicios interactivos en red cediendo al usuario el control de sus datos y otorgándole una capacidad activa, productora” (p. 84). Alier señala que la web 2.0 “se caracteriza porque prácticamente aporta ningún contenido en sí, sino que son los mismos usuarios los que, a través de la misma interfaz web, añaden contenido” (p. 40).
Es evidente, pues, la importancia de la escuela en todos estos cambios, ya que “una escuela que no enseña estrategias para ser un ciudadano digital es una escuela que no educa para la sociedad de su tiempo” (p. 126). Es más, la alfabetización digital ha de ser considerada “un método de indagación informada que promueve el uso crítico de las tecnologías tanto en la recepción como en la producción de contenidos a través de los medios digitales” (p.107).
Sin embargo, los autores resaltan la necesidad de participar en la web para aprender; en este sentido, en el binomio aprender-participar, prestan mayor atención al segundo término frente al primero y, en consecuencia, enfatizan la idea de la necesidad actual de “participar en la web para poder aprender” (p. 11).
En definitiva, los pilares que sustentan esta obra son tres: la participación, el aprendizaje y el contenido en la web 2.0. Por ello, este es un libro de interés no sólo para profesionales del ámbito de la educación, sino para cualquier persona que sienta interés por la sociedad del conocimiento.
Susana Olmos Migueláñez
Universidad de Salamanca
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