lunes, 16 de julio de 2007

La "fórmula Laertes" de ir de viaje —Japón—


Siempre me pregunto cuál es la manera más sublime de conocer un país extranjero. Primero de todo, claro está, hace falta conocerlo, pisarlo, visitarlo. Pero no dejamos de ser unos turistas, y eso nos hace sentir algo incómodos.

Tenemos, por supuesto, nuestra guía de viajes. Pero según qué guías, nos hacen sentir aún más turistas, más desnaturalizados. Ya sabrán qué quiero decir; esas guías traducidas del inglés a destajo, que nos guían por el país tales corderos temerosos. Bueno, pues ahora déjenme presentarles nuestra fórmula para salir de viaje. La Fórmula Laertes de ir de viaje. Con ejemplos prácticos.








Bello y complicado país, el país de Lost in Translation. Un mundo en verdad extraño que podemos abordar con una guía fiable y escrita con rigor, pasión, conocimiento y amor al país. La idea de Rumbo a Japón se gestó en la mente de los autores hace ya varios años, cuando por motivos distintos coincidieron los tres en el país y se enamoraron de él. Siendo estudiantes, les pareció una tarea imposible ahorrar el dinero suficiente para recorrer el país al completo y conocerlo a fondo. También ellos creían en el mito de un Japón caro e inaccesible y, a lo sumo, aspiraban a pasar un año de estudios administrando con esmero las becas para llegar a fin de mes. Este año se convirtió en tres, cuatro, cinco...

Todo comenzó en Internet y en el afán de los autores por popularizar Japón como destino de viajeros de lengua hispana. Así, Marc Bernabé creó , que con el tiempo se ha convertido en uno de los mayores portales de lengua y cultura japonesa en español. Pronto, a Marc se unieron Jesús Espí como co-webmaster y redactor, y Verònica Calafell como redactora, entre otros muchos.

Los tres siguieron viajando, absorbiendo Japón y escribiendo sobre el país por afición, y la propia actividad de la escritura los obligó a documentarse y a aprender. Durante este periodo, de 1999 hasta el día del hoy, han recibido a través de Nipoweb un sinfín de consultas que les han orientado sobre el perfil de la persona que se interesa por Japón, de sus dudas más comunes y de cómo responder a ellas.

En esta guía, además de recoger toda la información de una guía de viajes convencional, se hace hincapié en dos aspectos puntuales: las aficiones del viajero que decide visitar Japón, y su sed de conocimientos. Así, además de pequeños incisos culturales a lo largo de toda la obra, que responden a los primeros interrogantes que se plantea el viajero recién llegado al país (véase “Sutileza de los kiotenses”, pág. 246), es fácil obtener información de dónde encontrar una deseada serie de manga, cuándo y dónde ver un combate de sumo, o localizar el escenario de aquella película que tanto nos impresionó. Para ello, los autores nos informan de cómo organizar el viaje y nos demuestran que para recorrer el país no es necesario ser millonario.


Pero la Fórmula Laertes para ir de viaje no acaba aquí.


Viaje al Japón
—Rudyard Kipling—





Sabemos que la literatura no es sólo una distracción sino una inagotable fuente de conocimiento. A lo largo del tiempo —treinta años ya— hemos construido un envidiable catálogo, y una de nuestras joyas es la colección Nan-Shan, que reúne cláscios imprescindibles de la literatura viajera. Y bién, para ir al japón, aparte de la guía, por qué no hacerse con un Viaje al Japón, del premio Nobel Rudyard Kipling. Veámos qué dice la contraportada;

El texto de Kipling sobre el Japón, una joya de la escritura turística, de una amenidad extraordinaria, mantiene una actualidad pasmosa gracias a la casualidad que hizo de Kipling uno de los poquísimos grandes escritores occidentales que pudieron contemplar y describir el Japón moderno en los momentos mismos de su gestación, en pleno período revolucionario Meiji. Con un ritmo magistralmente medido para cautivar al lector, mediante una combinación sostenida de efectos cómicos y de brillantes pinceladas descriptivas, Kipling contrasta el Japón tradicional, rebosante de refinada belleza, con las reformas modernizadoras de un país que, sin perder conciencia de su riqueza estética y su originalidad, adopta a marchas forzadas modelos occidentales. Con el ensayo introductorio y las notas, el novelista y ensayista Emili Olcina, autor también de la traducción, ensancha y enriquece el panorama de¡ conjunto del libro situando el viaje de Kipling al Japón en sus varios contextos: histórico, político, biográfico y literario.Novelista, poeta, brillante periodista, e indiscutido como uno de los más grandes (según muchos, el más grande) de los autores de narrativa breve en lengua inglesa, Rudyard Kipling (su nombre de pila es el del lago inglés junto al cual se conocieron sus padres) nació en Bombay (India) el 30 de diciembre de 1865. Con sus relatos publicados en la India desde 1884 ganó fama internacional, y en 1889 llegó ya consagrado a Inglaterra, donde residió (salvo por paréntesis en los Estados Unidos y África del Sur) hasta su muerte (en Burwash, Sussex) el 18 de enero de 1936. Especialmente popular por sus dos Libros de las tierras vírgenes (1894 y 1895) y por Kim (1901), desde 1907 es el ganador más joven (41 años) del Premio Nobel de Literatura. Pese al humor alegre de varias de sus obras más famosas, una pista fiable de su clima espiritual es su maestría en el género del terror fantástico.

El preparador de esta edición, Emili Olcina, es novelista, ensayista y, a veces, guionista de cine. Se ha ocupado de la literatura inglesa del tiempo de Kipling prologando obras de John Meade Falkner, Henry James, M. R. James y D. H. Lawrence, y ha tratado la visión europea de Asia en sus trabajos sobre Jan Potocki.






No hay comentarios: