Imaginando el juego de lo posible

Una enfermedad crónica recorre el mundo de los animales humanos, es la patología epistemológica del espíritu de Los Mercados. ¿Cómo salir de esta pesadilla simbólica? En el actual panorama de empobrecimiento educativo y político en nuestras sociedades, queremos contagiar el deseo de pensamiento crítico, creativo y cuidadoso con proyectos cooperativos de investigación-acción-innovación orientados a transformar las aulas y los procesos de comunicación humana en comunidades de investigadores-narradores (CIN).

Para eso, en este número 8 (Imaginando el juego de lo posible) de la revista Filosofía para niños, desde el equipo de investigación-acción docente Mi balza roja estamos imaginando esta plataforma de comunicación para docentes, comunicadores y ciudadanos comprometidos con el cuidado del arte de la convivencia y su excelencia, para atreverse a pensar por uno mismo acerca de cómo decidimos reescribir una democracia cosmopolita que sirva para continuar transformando las relaciones socioeconómicas hacia la igualdad de oportunidades vitales de todas las personas.

Y así, concibiendo otra educación posible para vivir de otra manera, con su imaginación narrativa la educación es acción política: un estilo o una forma de practicar el juego de lo posible de manera que la voluntad de creación personal se cultive en el juego de una convivencia humanizadora.

Cuando reinventamos el mundo con la técnica de comunicación del diálogo filosófico, imaginamos la educación recíproca de las personas como una conversación abierta en la humanidad para cultivar el deseo continuo de crecimiento personal en CIN, como la aventura incierta, provisional y contingente de investigar en nuestros usos o juegos de lenguaje.

Para creer en nuevos sueños que están por que los hagamos venir y para saber contarnos con otros imaginarios de vida en común, os invitamos a contar..., a cultivar el cuidado de las palabras para reescribir los vínculos humanos en alguna humana medida que contribuya a que el mundo juegue a nuestro favor.

¿Vamos a dejar escapar esta oportunidad?