SOBRE EL TERRORISMO SUICIDA
de Talal Asad
de Talal Asad
Sobre el terrorismo suicida trata del terrorismo y las reacciones ante el terrorismo, básicamente en los Estados Unidos e Israel/Palestina. Dado que es en y en torno a esos sitios que se elabora la creación de la opinión hegemónica en torno al tema terrorista, el libro se sitúa en el ojo del huracán, tanto más cuando que su verdadero tema no es exactamente la geografía o la política del terrorismo suicida, sino la manera o, mejor dicho, las maneras en que es vivido, conceptualizado y tratado el terrorismo en general y el suicida más en particular.
Según Asad, la convicción (y la vivencia emotiva) de que una vida humana “occidental” es más valiosa que una vida “no occidental” no sólo es absolutamente común en los países de las democracias liberales, sino que es necesaria para un orden jerárquico global. Dirá también, en el epílogo, después de una rigurosa preparación argumental en los apartados precedentes: Pienso que no hay ninguna diferencia moral entre el horror inflingido por ejércitos estatales (especialmente si esos ejércitos pertenecen a estados poderosos que no son susceptibles de responder ante las instancias jurídicas internacionales) y el horror inflingido por insurgentes. Estas afirmaciones dan la pauta del enfoque general de Sobre el terrorismo suicida, y son ejemplos de la perfecta aleación entre la elevación intelectual y moral y el realismo político con que Asad expone la doble moral, los dobles valores, los dobles criterios que se aplican al terrorismo. Ahora bien: los tratamientos bushianos no los ataca por su falsedad lógica, dado que pueden ser perfectamente lógicos.
Sería imposible reproducir, así fuese caricaturescamente, la enorme riqueza de los desarrollos argumentales y temáticos del libro. El arte, la política, la psicología, la teología, la historia, la literatura, y un largo etcétera van dando ejemplos, referencias, ilustraciones y ángulos de enfoque a un razonamiento central de una calidad fuera de serie. En la calidad de este razonamiento se encuentra, implícitamente, la respuesta a la pregunta de dónde reside el problema en el tratamiento del terrorismo: reside en la pésima calidad de los razonamientos empleados.
Y Asad va poniendo en evidencia el embrollamiento, la suciedad de los argumentos elaborados a partir de la “moral liberal”, unos argumentos viciados por confusiones entre causas y efectos, o por la multiplicidad de los patrones de medición: por la aplicación, por ejemplo, de un mismo criterio a realidades dispares, o de criterios diferentes a realidades similares.
Frente a las falacias simplistas, Asad no busca obviedades lapidarias o verdades absolutas, autoevidentes y arrolladoras: propone, una y otra vez, aceptar la complejidad para ir más allá de los simplismos.
Aplicando su lúcido rigor, Asad examina (entre muchas otras cosas) en qué medida y con qué implicaciones el terrorismo suicida tiene una base religiosa, si esa base religiosa tiene que ver o no con el concepto de jihad (el “choque de culturas”, basado en la idea de que el terrorismo es una rama del jihadismo, sale notablemente malparado), analiza las distinciones entre “martirio” y “sacrificio”, etc. Pero no es el religioso el aspecto central del análisis, ni es central ningún otro aspecto tomado aisladamente, sino que el protagonismo del libro está en el entrelazamiento de factores, además de religiosos, políticos, sociales, históricos, bélicos, psicológicos,...
La deliberada complejidad de los razonamientos no significa, ni mucho menos, dificultad de la lectura: la argumentación es diáfana en todo el texto. La combinación de la nitidez expositiva con la riqueza de los expuesto resulta de una amenidad excepcional.
Tala Asad nació a comienzos de los 1940, en Arabia Saudita. En Pakistán, estudió en un internado donde fue uno de los pocos musulmanes entre una mayoría cristiana (una experiencia que influyó, según parece, en sus futuros puntos de vista), luego en la universidad de Edimburgo y en Oxford, donde fue alumno (se suele citar como el más distinguido) de E.E. Evans-Pritchard. Publicó su primer libro, producto de un trabajo de campo en el Sudán, en 1970. Fue profesor en la universidad de Hull. Viajó a los Estados Unidos a comienzos de los años 1970, contratado como profesor de antropología de la New School for Social Research. Fue uno de los fundadores de la Review of Middle East Studies en 1975. Ahora es profesor de antropología en el Graduate Center de la City University de Nueva York.
Entre los intereses de Talal Asad figuran centralmente el postcolonialismo y la visión occidental de los países dominados. Se le puede situar, en este ámbito temático, en la línea de Edward Said, aunque con un pensamiento totalmente original, que se desmarca del escolasticismo académico (salvo por las exigencias de rigor).
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